Las empresas tardan un año en detectar una de cada 10 brechas de seguridad de datos

Federico Weidemann Sin categorizar

Los datos se han convertido en uno de los principales intereses de las marcas y de las empresas. La información es uno de los elementos clave que las compañías pueden usar para conocer mejor a sus consumidores y para saber más sobre sus intereses, los productos que les gustan, los fallos que está habiendo en la cadena de suministro o sobre los productos que tienen un efecto llamada, por poner solo unos cuantos ejemplos. La información se ha convertido en una especie de elemento que funciona como cuestión clave: tener los datos adecuados y saber usarlos permite mejorar de forma notable las posiciones que se ocupan y la relación con los consumidores.

Por ello, en los últimos tiempos las empresas se han entregado a una carrera por acumular más y más datos y por lograr tener más y más información sobre sus consumidores. Para poder sacar todo el partido posible de la misma, no vale con acumular solo un poco, sino que hay que tener una gran cantidad. Es la base del big data y de todo su potencial.

Pero lo cierto es que esto no llega sin su lado negativo. Por un lado, no todas las empresas están posicionadas del mismo modo en la carrera por los datos. Las compañías de un tamaño más pequeño no juegan con las mismas condiciones en lo que a hacerse con datos se refiere. Cuanto más grande sea la compañía, más potencial para acumular información tiene y más base de datos contará. Estas empresas están por tanto en una posición privilegiada frente a la que ocupan sus competidores.

Por otro lado, la dobla velocidad no es el único problema. Ahora que los datos son atractivos e interesantes, no solo lo son para los ‘buenos’ sino también para los ‘malos’. A medida que las empresas acumulan más y más información sobre sus consumidores y, sobre todo, a medida que esos datos empiezan a ser cada vez más sensibles y más específicos (como por ejemplo ligados a datos personales de primer orden), la información se vuelve más y más valiosa. Lo es desde el punto de vista legítimo y también para aquellos que la ven de forma ilegítima. Este boom de la información ha puesto a los datos como uno más de los targets de los ataques de los ciberdelincuentes, abriendo una brecha más para las marcas y empresas.

Esto es además especialmente importante porque la relación entre los consumidores y las empresas en lo que a los datos se refiere es sensible. A los consumidores no les gusta dar su información personal, ya que sienten por un lado que las compañías están violando su privacidad y que, por otro lado, se exponen a ciertos riesgos. ¿Qué van a hacer las empresas con esos datos? Y, sobre todo, ¿cómo van a proteger esa información sensible una vez que la han recabado?

Los últimos grandes escándalos de pérdida de datos y de robo de información no han ayudado a solventar este problema y a tranquilizar a los consumidores. Los datos de los informes sobre la materia no dan tampoco buenas noticias para las empresas.

Según un estudio que acaba de presentar una división de investigación de seguridad de Verizon, algo más de una cuarta parte de las brechas de seguridad tardaron en ser detectadas al menos un mes o más por las empresas afectadas. Este dato es preocupante, pero no el más terrible que detectó el estudio. Según sus conclusiones, una de cada diez brechas de seguridad tarda en ser detectada nada más y nada menos que un año, lo que hace que los datos no solo estén en manos de los cibercriminales sino que además pone a las empresas en unas situación bastante delicada.

Además de estos datos, el estudio también muestra una tendencia bastante preocupante. El porcentaje de brechas de seguridad que tardaron meses o años en ser detectadas por las empresas es ahora mayor de lo que lo era antes. Según las conclusiones del estudio, desde 2010 hasta 2016 ha subido.

Cierto es también que el estudio señala que dos tercios de los agujeros de seguridad fueron detectados en solo unos días o incluso menos, pero a pesar de ello las empresas no deberían bajar la guardia. Como apuntan en Quartz, estos agujeros detectados pronto eran en realidad incidentes más leves y fáciles de ver.

Source: Puro Marketing