Los 3 problemas recurrentes a los que se enfrentan las empresas con el Big data

Federico Weidemann Sin categorizar

El big data se ha convertido en uno de los elementos recurrentes cuando se habla de cosas que deben hacer las marcas y sus responsables y de herramientas que pueden ayudar a mejorar los resultados de las empresas. Pero, a pesar de las grandes promesas de los datos y de lo mucho que se espera de ellos, lo cierto es que tienen también una cara menos bonita y menos positiva, la de esas cosas que aún se hacen mal y que no permiten obtener los resultados que se espera.

Como apunta un experto sobre datos y sobre su uso en marketing en AdWeek, muchas agencias y muchas empresas se han lanzado a una carrera para alcanzar el Nirvana de los datos pero en el camino no hacen más que tropezar y hacerse daño. ¿Por qué ocurre esto? En parte, porque se repiten una y otra vez los mismos errores. Gracias a las recomendaciones de ese experto se pueden establecer tres grandes errores que siguen cometiendo las marcas y las empresas a la hora de gestionar los datos.

Los datos más importantes no están donde deben estar y la gente no comparte información

Este es uno de los principales problemas que identifica el experto. Los datos no funcionan y no se les está sacando el mayor partido porque no se están usando bien. Y si no se están usando bien es porque los datos no están donde tienen que estar. Según sus estimaciones, el 80% de todos los problemas con datos es, básicamente, el tener todos los datos necesarios en el lugar adecuado y en el formato exacto. La información no está unida y no está además, por así decirlo, en el mismo lenguaje.

Y si eso ocurre es, en el origen, porque los diferentes departamentos de la compañía son ‘celosos’ con su información. Tienen que hacer algo que antes no hacían (compartir lo que tienen y hacen con otros departamentos de la empresa) y eso crea sus fricciones y sus problemas (no siempre es fácil unir lo de todos). Incluso en un ejemplo claro de cómo usar bien las nuevas tecnologías, como fueron las campañas de Obama a la presidencia, unir toda la información les llevó un año y medio de trabajo y mucha inversión. Antes de hacer nada, por tanto, hay que estimar en dónde está el fallo, cómo se solucionará y poner en marcha el mecanismo para hacerlo.

Los datos no pueden estar en una mano, sino en muchas

Otro problema de las marcas y empresas a la hora de afrontar los datos y de usarlos para obtener mejores resultados está en cómo se gestiona la información. Se ha asumido ya que para sacar el mejor partido de los datos se necesita al experto en datos, un perfil que sea un genio en su terreno, pero esto ha llevado a que se vean las cosas de un modo que no es exactamente correcto. Aunque sí es cierto que se necesita a perfiles muy preparados, no se puede esperar todo de una persona. Como apunta el experto, muchas marcas empiezan su trabajo en el terreno de los datos buscando a una ‘estrella del rock de los datos’ que solucione todos sus problemas y que esté lleno de ideas. Un año después, cuando echan cuenta de lo que han hecho, sienten que no se ha cumplido lo previsto.

Esto ocurre porque lo cierto es que no se necesita a un genio de los datos, sino más bien a un genio de los datos y a un equipo. Un buen equipo de análisis requiere que se incluyan muchos perfiles diferentes que toquen muchos puntos distintos y que se complementen unos a otros.

Las empresas están demasiado obsesionadas con encontrar su remedio mágico

Es probable que esto se haya derivado de la propia narrativa del big data y de cómo ha ayudado a muchas empresas hasta ahora. Casi siempre se habla de historias de éxito en las que una empresa encontró gracias a los datos un elemento que funcionó como el gran remedio de todos sus males y de todos sus problemas. El big data dio la gran solución y a partir de ahí todo empezó a ir muchísimo mejor. Esas historias de éxito funcionan del mismo modo que las historias de superación funcionan para las personas. Son lo que hace que nos interesemos en algo.

Pero en el caso del big data quizás hayan tenido un lado pernicioso. Como apunta el experto, los ejecutivos están obsesionados con que los datos les van a dar esa solución mágica para aumentar ingresos y beneficios cuando al final los datos en un primer momento dan datos mezclados y poco conclusivos. Los datos son algo que hay que trabajar y que dan guías, pero no fórmulas mágicas para arreglarlo todo casi sin esfuerzo.

Source: Puro Marketing