Las marcas se han obsesionado con los bots pero ¿son realmente como esperan?

Federico Weidemann Sin categorizar

En los últimos tiempos, los bots se han convertido en una especie de elemento recurrente, uno que está un poco por todas partes y uno que las marcas están viendo con más entusiasmo y como con mayor potencial de cara al futuro. ¿Qué tienen los bots que los hacen únicos y qué es lo que tiene a las marcas tan encandiladas? El desarrollo de la inteligencia artificial está haciendo que cada vez sea más y más fácil crear experiencias de cierta calidad y lograr, por tanto, conectar con los consumidores de un modo completamente diferente. Es decir, ahora, gracias a estas herramientas, las marcas tienen, al alcance de su mano, una fórmula para ofrecer una buena atención al cliente y para hacerlo con una calidad muy elevada.

Porque, al fin y al cabo, ese es el secreto de lo que están ofreciendo las compañías tecnológicas y eso es lo que a las marcas les resulta realmente seductor. Gracias a estas nuevas herramientas, las marcas tienen una alternativa al tener un elevado volumen de personal atendiendo a sus consumidores.

El bot puede dar servicio las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

A los consumidores, eso sí, nunca les ha gustado mucho hablar con una máquina, como demuestra, por ejemplo, el hecho de que todo el mundo guarde en su mente como una mala experiencia el haber tenido que hablar con uno de esos sistemas de atención telefónica completamente automatizados que emplean las operadoras de telefonía. Los bots, frente a ellos, ofrecen una experiencia única, una experiencia muy cercana a lo que sería hablar con otro ser humano gracias a la inteligencia artificial.

Por ello, el interés de las marcas por estas herramientas ha ido en progresivo aumento y ha crecido en masa. Y por ello también los bots se han convertido ‘en la próxima gran cosa’, aunque por el momento, en realidad, no todo funcione tan bien como podría parecer y no todo sea exactamente como estas propuestas y estas ideas puedan hacer imaginar. Los bots tienen muchísimo potencial, pero ¿son ya exactamente lo que se espera de ellos? ¿Han logrado ya convertirse en eso que las marcas esperan?

Los bots son las nuevas apps, el nuevo elemento que todo el mundo quiere y que todo el mundo desea, pero, como ocurrió en su momento con las apps, no todo es de color de rosa en su desarrollo. Como recuerdan en un análisis en Digiday, por ahora los bots aún dejan mucho que desear y las marcas tienen que ser plenamente conscientes de ello.

El no tan glorioso desarrollo del bot

Como apuntan en el análisis de Digiday, los bots, como otras muchas herramientas de contenido que se han convertido en una obsesión para las marcas, tienen mucho potencial para el futuro, pero lo cierto es que aún son algo incierto en el presente. Aunque muchos medios y muchas marcas han empezado ya a usarlos para lanzar mensajes de forma automatizada en herramientas como Line o Facebook Messenger, los resultados que están logrando no están siendo todavía realmente buenos.

«Muchos chatbots solo son una versión glorificada de los sistemas interactivos de respuesta de voz que todos odiamos cuando llamamos a una gran empresa, explica al medio Jeff Veen, socio de diseño en True Ventures. Es decir, no son más que una versión con un nombre más elegante y mucha mejor prensa de ese sistema automático que todos odiamos de pulse uno, pulse dos o espere.

Los medios, especialmente, los están usando como una herramienta para aumentar el alcance de sus contenidos. Solo en el Messenger de Facebook, por ejemplo, hay ya 50.000 bots (3 millones en Line). En general, todos ellos sirven noticias de última hora o contenidos que están en ese momento como tendencia. En realidad, como apuntan en el análisis, son una suerte de RSS un tanto más mejorado, pero no realmente lo que se estaba prometiendo y lo que hacía que todo el mundo viese con tan buenos ojos a los bots. Cierto que hay algunos más desarrollados y más eficientes (Mic tiene uno en el que lanza preguntas a sus seguidores), pero en general todo está siendo un poco mucho ruido y pocas nueces.

Las marcas tienen, por tanto, que quizás esperar o quizás trabajar más en su desarrollo, pero deben ser siempre conscientes de que lo que hay ahora mismo no es tan sofisticado como podrían pensar y, sobre todo, como sus consumidores podrían esperar.

Source: Puro Marketing