Hace unos años, Yahoo vivió una suerte de momento de tormenta perfecta en el que estaba prácticamente eternamente en el ojo del huracán informativo. Hubo un intento de ser vendido de forma millonaria. Microsoft lo intentó allá por 2008 (44.600 millones de dólares eran la cifra que se barajó en su momento) pero la adquisición no fue arriba (Yahoo se puso muy en contra del movimiento, ya que aseguraba que no valoraba a la firma lo suficientemente). Al margen de la potencial compra, también hubo acuerdos de colaboración con unos y con otros (uno con Microsoft para usar Bing como motor de búsqueda, otro con Google) y muchos, muchos cambios de directivos.
Durante unos años, parecía como si los periodistas que escribían sobre el mundo tech estuviesen obligados a escribir cada poco tiempo sobre un cambio de consejero delegado en Yahoo. Algunos se fueron de forma escandalosa (como cuando se descubrió que Scott Thompson, uno de los consejeros delegados de la firma allá por 2012, había mentido en su CV) y otros entraron con grandes expectativas. Ese fue el caso de Marissa Mayer, la directiva robada a Google y que se ha convertido en la CEO de Yahoo durante los últimos años, la que intentó remontar el negocio y volver a convertir al site en algo súper cool (de ahí la compra hace unos años de Tumblr por una cantidad milmillonaria) y que no ha conseguido sus objetivos (como han demostrado las presentaciones de resultados y como ha demostrado el último paso dado). Porque Yahoo, tras años de lucha por volver a posicionarse de forma destacada en internet (espacio que ocupó en su momento), acaba de ser vendida.
La venta de Yahoo se ha cerrado por una cifra que está muy lejos de la cantidad que en 2008 Microsoft ofrecía por ella y todavía más lejos de las valoraciones millonarias de sus primeros años (a principios de los 2000, Yahoo estaba valorada en 100.000/125.000 millones de dólares). Verizon, el gigante de las telecomunicaciones, la ha comprado por 4.830 millones de dólares. Verizon ha comprado el negocio operativo de Yahoo, es decir, no se ha quedado con las acciones que la firma tiene en otras compañías, sus acciones en Yahoo Japón o las marcas y empresas que Yahoo ha ido comprando a lo largo de los últimos años y que no forman parte de su negocio principal. Esas firmas se quedarán a parte y seguirán siendo parte de Yahoo, que cambiará su nombre y seguirá operando como compañía ligada a esas firmas. Todos esos activos que quedan a parte tienen un valor de unos 40.000 millones de dólares y son una de las grandes incógnitas, ya que nadie sabe realmente qué hará Yahoo con ellos.
Yahoo se sumará así a AOL (que Verizon también acaba de comprar), con quien se integrará, entrando a formar parte del negocio online del gigante cuando se cierre la compra en el primer trimestre de 2017.
«Yahoo es una compañía que cambió el mundo», le escribía Marissa Mayer a sus empleados al anunciarles la compra. «Antes de Yahoo, internet era un proyecto de investigación del gobierno. Yahoo popularizó la web, el email, las búsquedas, los medios en tiempo real y mucho más», añadió.
Así pues, ¿qué fue lo que pasó con Yahoo para pasar de ser la compañía que hizo que usásemos internet a convertirse en una firma vendida por una cantidad que está muy lejos de las grandes cantidades que se mueven en las grandes adquisiciones en internet?
Por qué Yahoo ha acabado aquí
¿Cuáles fueron las razones por las que Yahoo ha acabado donde ha acabado? Culpar a Marissa Mayer de este capítulo final sería muy simplista. La directiva fue fichada en un momento ya de gran crisis y en el que no solo internet había cambiado mucho sino que además el site no había sido capaz de cambiar al mismo ritmo. Se podría decir que Mayer lo intentó, pero no lo logró. Cuando llegó a la compañía, sus índice de aprobación entre los empleados, como recuerdan en CNN, era altísimo. Ahora se había desplomado y los trabajadores de la firma usaban su tiempo en el trabajo incluso para hacer otras cosas, en una especie de fatalista espera de lo que va a ocurrir.
¿Qué fue lo que condenó a Yahoo? En ese análisis resumen en cuatro puntos lo que hizo la compañía a lo largo de los años y que la empujó a donde se encuentra ahora. Tuvo años de gestión fallida, años de compra milmillonarias cuestionables, años de no acabar de decidir si debían centrarse en la parte tecnológica del negocio o en la de medios y otra en la que no eran capaces de recuperar el terreno que iban perdiendo en publicidad online. Los grandes negocios de Yahoo han ido cerrando o perdiendo su esplendor (véase el caso de Geocities), mientras nuevos jugadores, como fue el caso en diferentes momentos de Google o de Facebook, no solo iban comiendo posiciones, sino que además iban cambiando la red de un modo que Yahoo no estaba haciendo. Yahoo era la gran protagonista de la red en los 90. Los otros jugadores lo eran de la red en el presente.
Les faltaba identidad clara de marca
El modelo de Yahoo, como recuerdan en un análisis de Slate, había dejado de ser eficiente en el mundo contemporáneo. En una internet en la que todo el mundo juega a lo especializado y en el que todo el mundo tiene claro lo que se va a encontrar en cada parada, Yahoo era un batiburrillo de cosas en el que se habían metido demasiados elementos diferentes bajo un mismo paraguas.
«Si lo eres todo, eres una suerte de nada», decía Brad Garlinghouse, un antiguo ejecutivo de la compañía que hace unos años escribió un memorando interno criticando a la firma, recordando que la compañía no había logrado nunca dar por cerrada su crisis de identidad. Yahoo no tenía claro qué era exactamente, apuntaba, y las estrategias cambiantes no hacían más que confundir a sus empleados.
Durante los últimos años han intentado recuperar posiciones perdidas, intentando crear su propio buscador otra vez (no lo han hecho) o intentando mediante fichajes a lo grande potenciar su división de contenidos (pero tampoco se han convertido en el gran medio online). Y, mientras tanto, los demás jugadores estaban repartiéndose cada vez más la tarta del mercado publicitario, mientras Yahoo esperaba en una suerte de banquillo. La compra servirá a Verizon para jugar con más fuerza en ese nicho y para ser más poderoso en publicidad online, pero lo hará porque la compañía ha ido comprando diferentes sites y servicios a lo largo de los últimos tiempos haciendo músculo sumando a jugadores pequeños.
Source: Puro Marketing