El marketing de contenidos se ha convertido en una especie de varita mágica que toda marca quiere agitar para hacer que su estrategia de posicionamiento y marketing funcione. ¿Qué es lo que hace especial al marketing de contenidos? Por un lado, está ofreciendo lo que el consumidor quiere en un contexto en el que los mensajes de las marcas están siendo peor recibidos que nunca. En un entorno en el que los consumidores reciben peor que nunca a los mensajes publicitarios, el marketing de contenidos está logrando altas cuotas de engagement y está siendo recibido con muy buenos ojos. Por otro lado, este tipo de mensajes logran que los mensajes lleguen, que el consumidor reciba exactamente lo que se quiere que reciba.
Pero no por hacer marketing de contenidos, es decir, no por publicar un par de artículos y crear de pronto un blog se está haciendo ya lo que se debe hacer y no se está consiguiendo ya llegar al consumidor. El marketing de contenidos necesita un trabajo duro y en firme para lograr triunfar y, sobre todo, necesita evitar ciertas cuestiones y ciertos errores que hacen que las cosas no acaben de cuajar. Cuando no se está logrando visionados del contenido, cuando lo que se publica no consigue eco en las redes sociales, posiblemente el problema esté en que no se están haciendo bien las cosas en lo que a estrategia de marketing de contenido se refiere.
Se sigue apostando por contenidos publicitarios en lugar de hacerlo por contenidos con valor
El primer error, y uno de los más habituales, posiblemente, cuando se analiza por qué fracasan algunas marcas en su estrategia de marketing de contenidos está en los propios contenidos en sí mismos. ¿Por qué a los consumidores les gustan los contenidos y por qué reciben tan bien este tipo de mensajes de las marcas? La clave está en que los contenidos no son anuncios publicitarios tradicionales y no son, por tanto, mensajes para vender lo maravillosos que son sus productos o la propia marca. Los contenidos ofrecen valor añadido. La marca no está vendiendo su moto sino que está contando algo que es realmente interesante.
No hacerlo es un fallo muy importante. El marketing de contenidos no es el tradicional publirreportaje del pasado ni tampoco una extensión del anuncio que se acaba de lanzar por otros canales. El consumidor no aceptará ese tipo de mensajes.
No hay una estrategia
Cuando algo se pone de moda o cuando algo empieza a demostrar que puede generar resultados, se produce un movimiento general: todo el mundo quiere hacerlo y todo el mundo quiere aprovecharse de esa cuestión. Ocurre con todas las cosas que las marcas y los casos de éxito van demostrando que funcionan y está ocurriendo con el marketing de contenidos. Los estudios, los analistas y los propios consumidores han demostrado que funciona, así que todo el mundo quiere lanzarse a por ello.
Sin embargo, lanzarse a por ello puede ser el primer paso para cometer otro error importante que lastrará la estrategia de marketing de contenidos. Las marcas pueden caer en la tentación de pensar que lo importante es estar ahí y que lo único que se necesita es empezar a publicar. Genera cosas y haz eso que todos están haciendo, parecen pensar, y así se conseguirán los mismos resultados. Esto es un serio error. El marketing de contenidos necesita una cuidada estrategia y, de hecho, necesita que las marcas establezcan dinámicas de redacción de medios. No vale con publicar posts en el blog de cualquier manera.
Los contenidos son producidos por personal no especializado
Cuando las redes sociales aparecieron en el horizonte de lo que hay que hacer, muchas marcas cometieron el error de bulto de pensar que cualquiera con una cuenta de Facebook podría dedicarse a actualizar con contenidos sus perfiles corporativos. Fue el momento en el que todo se dejaba en manos del famoso sobrino que sabía de que iba eso de internet o en el que se pagaba cuatro duros a cualquiera para que publicase un par de actualizaciones al día en la red social de turno. Hacerlo fue un error, porque, como ocurre con todo lo relacionado con la imagen de marca, debe dejarse en manos de quienes saben lo que están haciendo y quienes conocen cómo debe hacerse.
Igual que no se dejaría la elaboración de la última campaña de anuncios para televisión en manos de alguien que simplemente tuviese una videocámara, no hay que dejar este tipo de herramientas en manos de quien simplemente tenga una conexión a internet. Como ocurrió con las redes sociales, las marcas deben darse cuenta de que necesitan a profesionales para crear sus contenidos.
No se están dando a conocer los contenidos
Puede que las marcas tengan a profesionales elaborando sus contenidos, que hayan creado una cuidadosa estrategia y que estén creando atractivos contenidos que no son publicidad y que, sin embargo, nadie los esté leyendo. ¿Cuál es el problema entonces? En el mundo cada vez más saturado de contenidos que es internet, las marcas tienen que trabajar duramente para encontrar su oportunidad, para encontrar su hueco. Teniendo en cuenta que las marcas no son el destino principal o primero en el que los consumidores buscarían contenidos, tendrán que ser mucho más eficientes a la hora de hacer visible su mensaje. SEO y estrategia de posicionamiento en redes sociales son, por tanto, claves.
Source: Puro Marketing