Tener un buen producto, algo que es realmente novedoso y de calidad y que logra ofrecer algo que los consumidores realmente quieren y buscan debería ser la clave para triunfar en el mercado. Si se tiene el producto que todo el mundo necesita, eso debería bastarse por sí solo para triunfar. Pero, sin embargo, el producto de calidad es solo una pata del entramado y es, simplemente, un elemento más de lo que las marcas deben hace para triunfar en el mercado. Un buen producto es solo una parte del juego: a ello hay que sumarle el ser capaces de hacer que las cosas conecten con los consumidores, que el producto llegue a quienes pueden necesitar hacerse con él.
Esto es, poco importa lo bueno que sea el producto y lo mucho que la marca pueda ofrecer con el mismo si después no logra hacer que el producto conecte con los potenciales consumidores. Si no logra destacar en medio de la avalancha de posibles productos a comprar que existen en el mercado y si no consigue triunfar en medio de la cada vez mayor cantidad de ruido que recibe cada día el consumidor mismo, nunca llegará a conseguir ser un éxito. Es decir, si no logra destacar en medio de toda la avalancha de cosas que están circulando ante el consumidor cada día no conseguirá tampoco hacer que este conozca y compre su producto. Por todo ello, hacer un buen producto no es lo único que debe cuidar una marca. También tiene que tener una buena estrategia de marketing y también tiene que ser capaz de crear mensajes convincentes que ayuden a posicionarlo frente a sus competidores.
Como recuerdan en un análisis, sin una buena estrategia de marketing detrás por muy buenos que sean los productos lo más probable es que nadie los descubra y que los potenciales consumidores jamás lleguen a conectar con su existencia. El marketing ayuda a que el producto salga de su entorno, que llegue a esos potenciales compradores, y, con ello, se aumentan las ventas, se crea una reputación para el producto y para la marca y se logra competir en el mercado.
Teniendo en cuenta además que cada día se lanzan más y más productos al mercado y que por tanto cada vez las marcas tienen que intentar posicionarse contra más y más productos, la importancia del marketing se va haciendo mayor. Las marcas tienen que ser capaces de conectar con los consumidores si quieren que sus productos tengan una oportunidad.
Una breve vida en el mercado
La importancia del marketing es crucial, incluso en aquellos sectores en los que se ve como mucho más importante otro tipo de elementos. En el mundo de la innovación, por ejemplo, se suele pensar que lo importante no es ya tanto el cómo se cuenta el producto sino más bien que el producto sea realmente innovador. Lo cierto es que el marketing y la presentación del producto en el mercado es tan importante como podría selo en otro nicho.
De hecho, uno de los últimos estudios ha demostrado como, aunque se lancen muchos productos (como ocurre en Asia), la tecnología no funciona en absoluto en el mercado si no se hace marketing (como ocurre, igualmente, en Asia). De todos los productos que se lanzan en ese mercado, según un estudio de Nielsen, solo un 1% puede considerase realmente un éxito. Como explica uno de los expertos que han realizado el estudio, la importancia del marketing no es solo crucial durante el lanzamiento, sino que lo es también durante la vida del producto. No vale solo con hacer un lanzamiento por todo lo alto, después hay que mantener el artículo, hay que tener una cierta constancia en la estrategia de marketing para que el producto no se acabe cayendo del mercado.
La cuestión no es nueva, además. Algunos expertos consideran que si Microsoft triunfó en los primeros años 90 y, sobre todo, si logró vencer a Apple en ese momento fue porque la estrategia de marketing de la firma era, entonces, muchísimo mejor que la de Apple y sus demás competidores. Fichando a un profesional de marketing (Steve Ballmer), la compañía no solo logró encontrar su lugar en el mercado sino también venderlo mejor que la competencia.
El producto ya va a ser bueno
Los consumidores dan por hecho, cuando aparece un nuevo producto y cuando se encuentran ante nuevas opciones, que esa nueva incorporación será buena o mejor que las demás que están en el mercado, por lo que jugar con la novedad es más bien irrelevante. Las marcas tienen que ser capaces de convencer al consumidor, de contar una historia mucho más atractiva y lograr, por tanto, posicionarse por encima de los demás. Es decir, la clave, lo que va a marcar la diferencia, es el cómo se convenza a los consumidores de que uno es más atractivo que los competidores. Y, para ello, no queda más remedio que echar mano al marketing.
Source: Puro Marketing