Varios son los elementos que afectan a las decisiones de compra que toman los consumidores y uno de ellos es, aunque no se suela pensar en ello hasta que crea ‘problemas’, el tiempo. La meteorología tiene un impacto directo no solo sobre qué compramos sino también sobre cómo lo hacemos. Que el tiempo sea más cálido de lo habitual o más frío tiene un impacto directo en los productos que compramos y puede hacer que las cuentas de algunas empresas se vean lastradas por culpa de ello. No han sido pocas las compañías que han hablado del tiempo para presentar resultados financieros que no eran tan buenos como ellas querían que fuesen.
El impacto del tiempo es además muy importante a la hora de empujar a los consumidores a comprar en un canal o en otro. La llegada del mal tiempo es, de hecho, muy buenas noticias para el ecommerce, ya que cuando hace malo los consumidores tienen muchísimas menos ganas de salir de casa y se sienten mucho más inclinados a comprar directamente online. Las oleadas de mal tiempo, especialmente cuando de pronto hace mucho más frío o el tiempo es más inclemente de lo esperado (como ocurrió hace unos años en Estados Unidos y Reino Unido, cuando un temporal de nevadas hizo que el peso de internet en la campaña de Navidad se disparase), hacen que los consumidores compren mucho más en internet. El invierno es, por tanto, una época dorada para el consumo online.
La cuestión puede parecer una conclusión sacada de la lógica. Al fin y al cabo, ¿quién no ha sentido, mientras está en casa viendo llover cantidades dignas de un diluvio al otro lado del cristal, que no tiene ninguna gana de salir a hacerse con lo que sea que necesita cuando puede comprarlo todo desde el calor del hogar? El hecho de que la oferta sea cada vez más amplia y que la red permita comprar ya todo lo que prácticamente se necesita hace que esta cuestión sea todavía más clara. Es decir, ya uno no necesita salir ni siquiera a comprar productos de primera necesidad a la calle. Un par de clics y el supermercado de la esquina trae la compra a casa. Un par de clics más y ni siquiera hay que cocinar. Un repartidor traerá lo que queramos del restaurante favorito.
Pero lo cierto es que no solo la lógica hace pensar que cuando llega el mal tiempo se compra más online, también lo hacen los estudios científicos sobre la materia. La lluvia es, de hecho, un elemento muy importante a tener en cuenta a la hora de establecer cómo se relacionarán los consumidores con lo que encuentran online. La lluvia hace que se consuma más ocio online, que se vean los anuncios en la red de un modo diferente (un estudio de Google señalaba que el tiempo climatológico hace que los clics en los anuncios varíen en un 5%), que compartamos más contenidos en redes sociales (un 42% más que los días de sol) y que compremos mucho más internet.
No salir de casa y comprar
Los días de lluvia los consumidores prefieren comprar online. Un estudio de Vente-Privée de hace unos meses señalaba que al 90% de los españoles no les gusta salir de casa cuando llueve y que un 76% de los españoles prefiere, por tanto, comprar online durante los días de lluvia. Un 40% lo hace porque no quiere salir a la calle, un 26% porque se aburre en casa y un 23% por (muy interesante) encontrar una manera de alegrarse en día que les entristece (tres de cada cuatro españoles asegura que la lluvia les afecta anímicamente).
De hecho, el impacto del mal tiempo es tan importante en el ecommerce que un pico de buen tiempo puede hacer que las ventas se caigan. Un estudio sobre las pautas de consumo de los británicos elaborado por Twenga Solutions señalaba, sobre la última temporada de otoño invierno en el país, que la llegada de un febrero especialmente cálido hizo que las ventas online de ropa de invierto cayeran en un 60% frente al mes anterior.
Todo esto hace, por supuesto, que los días de sol tengan un impacto completamente diferente. Según un estudio de Rakuten, en este caso de los comportamientos de compra en varias ciudades francesas, la conversión crece en los días de lluvia y cae en los días de sol. Otro estudio, en este caso de Tradedouble, señalaba que cuando hace sol los consumidores salen a la calle a comprar. Durante las horas de sol, los registros de compras online son más bajos.
Estos datos hacen que las marcas y las tiendas tengan que ser muy cuidadosas con lo que hacen en ciertos días concretos. Mirar el tiempo debe convertirse en un elemento más a tener en cuenta a la hora de hacer estrategia y a la hora de planificar las posibles ventas.
A todo ello hay que sumar, además, que las compañías no solo deben tener en cuenta que esos días venderán más sino también que las exigencias a las que tendrán que enfrentarse en términos logísticos serán mucho mayores. Si llueve tendrán que estar mucho mejor preparados, porque recibirán muchos más pedidos. Si el tiempo es muy inclemente, tendrán no solo que ser conscientes de que el volumen de compras subirá sino también que el entregarlas será mucho más complicado.
Source: Puro Marketing