Cada vez que aparece un nuevo medio de comunicación, se produce un efecto directo sobre cómo se ven las cosas y sobre cómo las audiencias acceden a los contenidos. Es algo que se ha visto cada vez que cambiaban las cosas y cada vez que algo se hacía popular, moviendo a quien estaba antes. La radio canibalizó al cine, la tele a la radio y ahora, o al menos eso es lo que invitan a pensar las estadísticas, internet está canibalizando a la tele.
Una de las mejores maneras de ver cómo está ocurriendo esto es fijándose en cómo están cambiando los movimientos estratégicos de las marcas y cómo, cada vez, hay más compañías decididas a posicionarse en el mercado de los contenidos audiovisuales online, la alternativa a la televisión. Primero fueron firmas ‘pure player’, que abrieron el mercado y que empezaron a intentar encontrar la manera de posicionarse en un nuevo terreno. Luego llegaron las firmas de contenidos, como Amazon, que también entró en el segmento. Y finalmente en la competición están entrando también los gigantes de internet, que ya dominan en otros escenarios y que ahora quieren dominar también en este. Facebook podría estar ya dando los primeros pasos para competir con la tele, habiendo metido a su app en los servicios de televisión conectada y haciendo, por tanto, que sea posible ver sus vídeos en la pantalla grande. Google podría estar a punto de dar un paso vital y entrar en la carrera por la tele a lo grande.
Google ya es la dueña de uno de los grandes competidores por esos minutos de atención, gracias a YouTube. YouTube es uno de los espacios que está robando más audiencias a la tele, especialmente entre ciertos nichos de mercado. Al fin y al cabo, los adolescentes ya dedican más tiempo a ver vídeos en YouTube que a ver contenidos en la televisión tradicional. La compañía ha intentado potenciar un uso más extensivo de su plataforma, intentando que YouTube se convierta en la plataforma para contenidos de mayor calidad e incluso probando con un servicio premium.
Lo que ahora pretende hacer es un poco otra cosa. Google quiere lanzar un servicio específico de televisión online, que se llamaría Unplugged. La firma, como ya apuntan los medios estadounidenses, habría ya cerrado un acuerdo con la CBS para ello y estaría negociando ya con otros gigantes de la televisión de EEUU, como Fox y Disney.
Google no quiere crear su propio Netflix o su propia plataforma VoD, sino que busca lanzar otro tipo de producto. Google querría ofrecer una alternativa al modo con el que se accede ahora a esos canales (de pago en EEUU, por cable y quienes más están viendo como huyen las audiencias) y hacerlo mucho más barato que los actuales paquetes de cable. Google lo serviría online y cobraría entre 25 y 40 dólares al mes. El formato sería similar al de SlingTV.
Y que Google entre en esta guerra no es más que una manera de demostrar que la batalla por la televisión está ya en la red y que las cadenas de televisión tradicionales tendrán que reinventarse si no quieren morir en el camino.
Las audiencias de la TV tradicional están desapareciendo
Para las cadenas de televisión estadounidenses, podría haber empezado ya además la cuenta atrás antes de quedarse sin alternativas. Frente a Europa, donde las cosas para las teles aún no son tan difíciles (aunque empiezan a serlo, como demuestra el propio caso de España), en Estados Unidos se está viviendo ya una sangría en cuestiones de audiencia. Los jóvenes (millennials y Generación Z) están huyendo de la tele tradicional.
Algunas estadísticas ya apuntan a que la pérdida de audiencias de la tele estadounidense alcanza en algunos grupos demográficos porcentajes que van ya del 30 al 42%, números sangrantes que claramente preocupan a las cadenas. Solo, de hecho, ha subido en este año el número de espectadores entre los mayores de 65 y entre el grupo de 50 a 64.
La media para la población estadounidense es de una caída del 11% entre los espectadores, que se convierte en un -34% entre los 25 a 34, un -40 entre los 12 y 17 y un -42% entre los 18 y 24. Los medios tradicionales están perdiendo a sus audiencias, que se han lanzado de lleno en brazos de los nuevos jugadores.
La cuestión no es solo sangrante desde el punto de vista de las audiencias, también lo es desde (y no nos engañemos, es lo que más preocupa a las teles) el punto de vista de los anunciantes. Ante esta desbandada de espectadores, los anunciantes están buscando cada vez más caminos alternativos para conectar con ellos y están recurriendo cada vez más a internet. Si la tele pierde los ingresos de la publicidad (y ya ha perdido en algunos mercados el papel de reina de los presupuestos publicitarios), su solvencia se verá en entredicho.
Source: Puro Marketing