No todo el monte es orégano en el Marketing de Contenidos

Federico Weidemann Blog

Las marcas y las empresas tienen problemas para hacer que sus mensajes lleguen a los consumidores y para lograr que estos recuerden y mantengan la información que les está llegando. La publicidad, una de las vías que empleaban de forma tradicional para conectar con los consumidores, ha dejado de ser realmente efectiva, ya que los consumidores se muestran saturados por este tipo de contenidos y son cada vez más críticos con ellos.

La avalancha de publicidad ha hecho que, cuando no se vea con malos ojos e incluso se bloquee directamente, se esté ignorando. Esto es muchas veces algo que se hace de forma absolutamente inconsciente, ya que el cerebro de los consumidores ha desarrollado sistemas de bloqueo. El mejor ejemplo es la ceguera de banner: los internautas no ven en muchas ocasiones la publicidad que están recibiendo en las páginas que visitan porque han aprendido que es una información irrelevante.

Este panorama ha obligado a las compañías a buscar nuevas vías para conectar con los consumidores y, en medio de esas nuevas vías, los contenidos han aparecido como una de las grandes esperanzas y como uno de los elementos con mayor potencial para conectar con los consumidores.

Los contenidos tienen muchas cosas positivas y pueden servir para lograr conectar con los consumidores de un modo mucho más valioso. Los consumidores los ven no tanto como spam de las marcas sino más bien como algo que les están ofreciendo a mayores. Los contenidos tienen valor añadido. Si a eso se suma que los contenidos no son exactamente publirreportajes sino más bien información (e información relevante), se puede comprender por qué estos formatos tienen más éxito y despiertan mayor interés entre los receptores.

Pero que el marketing de contenidos funcione mucho mejor que la publicidad de siempre es solo un parte de lo que las marcas deben saber para comprender cómo están funcionando las cosas: no lo es todo. De hecho, aunque estos datos pueden llevar a pensar que el marketing de contenidos soluciona de un plumazo todos los problemas, eso tampoco es exactamente así. Las cosas son más complejas y no todo el monte es orégano en el marketing de contenidos.

Las complejidades del marketing de contenidos

De entrada, generar un buen marketing de contenidos y publicar por tanto esos contenidos atractivos y llamativos que encajen con lo que los consumidores buscan y quieren no es tan sencillo. No todos los contenidos valen y no sirve con únicamente poner un par de cosas por escrito. Las compañías tienen que trabajárselo más y necesitan ser mucho más eficientes. Hacer marketing de contenidos se parece más a trabajar en la redacción de un medio que a generar contenidos de publicidad para la marca en cuestión.

Y, de forma paralela, aunque se trabaje y mucho en este terreno hay que contar con otro elemento y es que los consumidores no se acuerdan de todo lo que ven y de todo lo que leen, marketing de contenidos incluido.

Un estudio elaborado por Prezi sobre una muestra de adultos británica ha analizado cómo se recuerdan los contenidos de las marcas y ha llegado a la conclusión de que se recuerdan más bien poco. Según sus conclusiones, 8 de cada 10 consumidores ha olvidado la mayoría de la información que recibió vía marketing de contenidos tres días después de haberlo leído y la mitad no puede acordarse de nada en absoluto de lo que recibió.

Las buenas noticias, dentro de este dato preocupante, están en las razones por las que los consumidores no se acuerdan del contenido, razones sobre las que las marcas pueden trabajar y que pueden modificar. Un 55% de los encuestados no lo recuerda porque era un contenido demasiado irrelevante, un 35,7% porque no tenía ninguna motivación para recordarlo y un 30% simplemente porque era demasiada información para recordar. Y aunque un 18% olvida por culpa de las distracciones y un 9% por el estrés el grueso sigue estando en cosas cambiables.

De hecho, los contenidos que mejor funcionan son aquellos que cuentan al consumidor algo que no sabe. Un 27% de los encuestados recuerda mejor la marca gracias a ello. Lo mismo ocurre con los contenidos que enseñan, inspiran o entretienen (25%). Y, por encima de ellos, están los contenidos sobre algo bueno: el 49% de esos contenidos ayuda a los consumidores a recordar a largo plazo.

Igualmente, también tiene un impacto el cómo se presenta el contenido. Para el 37% de los encuestados, el vídeo es lo más memorable, seguido por los artículos por escrito (28%) y las presentaciones en persona (21%).

Source: Puro Marketing