El proceso de implantación de un software en la empresa siempre es un proceso traumático, más si se trata de uno tan estratégico como un CRM. Sin embargo, a veces hay que tomar decisiones y cambiar a tiempo, buscando unos mejores resultados y una mejor eficiencia en los procesos de una empresa. En este artículo presentamos 6 síntomas que indican que el CRM que estás utilizando en la actualidad no es el más adecuado para tu empresa. Una evaluación que toda empresa ha de hacerse para entender si en sus procesos aún existen márgenes de mejora.
Y es que si entendemos lo que es un CRM y los beneficios que puede ofrecer a una empresa, encontramos siempre 4 criterios que se deben tener en cuenta:
- Mejorar la productividad y el éxito del equipo comercializar.
- Racionalizar los procesos de venta.
- Automatizar acciones y tareas.
- Facilitar la comunicación entre diferentes personas y/o departamentos.
No obstante el cumplimiento de estos 4 criterios no siempre garantiza el éxito en la implantación de un software de gestión comercial. Existen CRMs excelentes que, así como las grandes ideas que mueren en el cajón, fracasan por ser tan complejos que los trabajadores acaban por no utilizarlos. Por lo tanto, ¿Cuándo podemos saber si el CRM que utilizamos es el adecuado para nuestra empresa? Aquí tenemos 6 preguntas que hacerse y responder para averiguarlo.
Esta es la primera pregunta que te debes hacer. Si la respuesta es «NO», empieza a pensar en soluciones. Un CRM, como cualquier otro software está ideado para hacer el trabajo más fácil a aquel que lo utiliza. Si su utilización supone añadir dificultad a su trabajo diario, los comerciales dejarán de utilizarlo tarde o temprano, haciendo que tu inversión se convierta en gasto.
Si descubres que el departamento comercial no utiliza el CRM o no lo hace correctamente, pregúntate el porqué. ¿Les quita demasiado tiempo? ¿No lo conocen en profundidad? ¿Es el CRM muy difícil de utilizar? O ¿No saben donde pueden consultar las dudas?
Evita estos problemas, eligiendo un CRM que genere valor en tus procesos y no suponga una molestia. Si te guias únicamente por tu punto de vista o por precio, dejarás fuera variables a tener muy en cuenta como es la opinión de quienes lo van a utilizar.
Si tu CRM necesita de un consultor externo para poder implementarla o requiere de un proceso de formación largo y complejo, quizás no es el CRM más adecuado para tu empresa. Sin contar ya el coste que esto supone,
Si cuando implantaste tu CRM, necesitaste tanto tú como tu equipo un curso de aprendizaje, ¿se supone que los nuevos empleados también deben seguir este curso? Los CRMs actuales han de requerir un entrenamiento mínimo y ha de incidir en la facilidad de uso, porque al fin y al cabo lo que busca es hacer el trabajo más fácil no crear complicaciones.
En un tiempo en el que la usabilidad y la sencillez está en boga de todos las aplicaciones, ¿Por qué un CRM aún debe tener una interfaz complicada y no estar pensado para hacer un uso sencillo de la herramienta?
Un CRM no deja de ser una herramienta pensada para personas, por lo que su diseño y uso debe despertar sensaciones en el usuario. Que la interfaz sea clara, que la velocidad de carga sea elevada, que tenga un diseño amigable e intuitivo? todo estos factores influyen en el uso que se le da a un CRM. Si por el contrario un CRM provoca una experiencia pobre, la herramienta aportará más caos y confusión en un equipo que, por otra parte, ya tiene suficiente estrés en su día a día.
Un CRM ha de estar ideado para hacer que el trabajo comercial sea más eficiente, lógico y sencillo. Confiar el proceso de venta en un herramienta que, en realidad, no aporta ningún valor, es un gasto en lugar de una inversión. Un CRM debe:
- Ayudarte a delegar de una manera ordenada y efectiva.
- Permitirte tomar decisiones en cuestión de segundos
- Ayudar a tu equipo a realizar un seguimiento de la cartera de clientes de forma más eficiente.
Si un CRM no hace nada de esto, ¿qué sentido tiene utilizarlo?
No lo olvidemos, un CRM es una herramienta estratégica en el devenir de una empresa por lo que la importancia del servicio de atención al cliente es evidente. Un proveedor de CRM ha de estar siempre abierto a hablar y escuchar a sus clientes, atento a sus inquietudes y receptivo a sus necesidades. Solo teniendo una cultura enfocada en el cliente se puede desarrollar un CRM que aporte valor, ya que al fin y al cabo un CRM es eso, un sistema de escucha y conocimiento de clientes.
Un software CRM está pensado para aportar eficiencia y rapidez en la recolección de datos y toma de decisiones. Si tu CRM no ayuda en estos puntos, quizás es hora empezar a plantearse su idoneidad. Cuando, por ejemplo, hacer un seguimiento del cliente, imputar acciones o realizar tareas en un CRM te lleva más tiempo que lo que te supondría realizarlo de manera manual ¿Qué sentido tiene? Si un CRM, no reduce el trabajo mecánico ni tampoco te ayuda en el proceso de toma de decisiones, quizás es hora de empezar a plantearte si la herramienta que utilizas es la más adecuada para tu negocio.
Respondiendo a estas preguntas, entre muchas otras, es como surgió Teamleader, un CRM que es mucho más que un CRM. Una herramienta que no actúa solamente como una base de datos, sino que te permite gestionar equipos, delegar tareas y organizarlas de manera automática, gestionando tu proceso de ventas de una manera eficiente. Una herramienta que está pensada para ser utilizada por gente que no tiene tiempo que perder y que necesita herramientas ágiles, fáciles e intuitivas. Pero no seríamos un buen proveedor de CRM, sino pusiéramos a nuestros clientes en el centro, apostando por un servicio de soporte cercano y personal, que se toma su tiempo no en sacar provecho de los clientes, sino en que los clientes saquen provecho de Teamleader. Y es que para un proveedor de CRM, el éxito de sus clientes, es la inspiración para el suyo.
Source: Puro Marketing