Se podría pensar que las marcas y las empresas buscan ser especialmente diferentes a los demás para llamar la atención de los consumidores y para así conseguir destacar por encima de los demás, pero lo cierto es que, como en todo, las compañías acaban dejándose llevar por lo que todo el mundo está haciendo. Cuando una cosa se pone de moda y cuando un recurso gráfico y de contenido se convierte en ubicuo, todo el mundo empieza a emplearlo, sea como sea.
Una de las mejores maneras de ver lo que se avecina es ver lo que están empezando a demandar y servir en los servicios de fotografía. Es una de las maneras de ver cómo se equilibra la oferta y la demanda y de cómo empiezan las tendencias. Estos servicios ofrecen, sobre todo, lo que las empresas quieren comprar, lo que hace que los temas recurrentes sean los que están dominando o van a dominar los contenidos de marcas y compañías.
Uno de los últimos estudios sobre la cuestión lo ha realizado EyeEm, un marketplace de fotografía que ha analizado cuáles son las tres tendencias concretas que están tomando más fuerza. Las conclusiones del estudio, que recoge AdWeek, permiten adelantar cuáles serán los contenidos y las imágenes que se verán de forma recurrente y reiterativa en anuncios, infografías, presentaciones de productos o redes sociales.
Hace unos años, hubo un momento en el que parecía que no había revista de moda que no hablase del color block. Se había convertido en uno de los temas de moda y en una de las tendencias punteras. Si se quería ir a la última, había que usar el color block. Y la tendencia ha vuelto: los cazadores de tendencias ya la han encontrado campando por Instagram, donde es una de las recurrentes en las fotos de los diseñadores y donde además se ha convertido en algo total (afecta a todos los elementos de la composición gráfica).
Por ello, los expertos están convencidos de que el color block será una de las tendencias visuales dominantes durante los próximos meses y que llenará las imágenes de las marcas. Composiciones para redes sociales y anuncios, todos ellos se dejarán tocar por esta tendencia. Negro, rojo, plata y el que se ha bautizado como ‘rosa millennium’ o ‘millennial pink’ son los colores favoritos.
Y esto permite también desarrollar otra de las tendencias que se ha puesto de moda en los últimos tiempos, la del millennial pink o rosa millennial. El color, una suerte de tonalidad de rosa muy específica, se ha convertido en una de las últimas tendencias en diseño. Puede que el color del año según Pantone sea el greenery, pero lo cierto es que el color que está invadiendo el diseño (y por diseño no solo debe entenderse moda: está en muchísimos productos y empieza a invadir la presencia de las marcas a muchos más niveles) es el rosa millennial. Está por todas partes (fue uno de los colores dominantes de la última feria del mueble de Milán, por ejemplo) y es ya el protagonista de un montón de artículos y de un montón de análisis.
En este caso más que de forma es de fondo: las redes sociales se están llenando de imágenes de mujeres «mostrando fuerza natural», como explicaba un fotógrafo a los responsables del estudio. Pueden ser mujeres que luchan contra el body shaming o fotos de lactancia. Lo que muestran es una imagen fuera de los clichés de la mujer.
La tendencia no es exactamente nueva y las marcas y empresas no han estado ajenas a ella. De hecho, algunas marcas, como puede ser Dove o Pantene, fueron de las pioneras en incluir en sus mensajes publicitarios y en su imagen de marca este tipo de imágenes y este tipo de mensajes. A medida que se iban haciendo más populares, su presencia ha ido aumentando y se ha ido haciendo mucho más recurrente. Que estos contenidos hayan implosionado en redes sociales (los ejemplos que ponen los responsables del estudio están ligados por ejemplo a fotos de mujeres reales haciendo yoga) muestra posiblemente que han entrado en el mainstream. Es decir, que lo que se va a convertir en popular y en corriente serán ese tipo de imágenes y no las que hasta ahora estaban dominando en la representación de la mujer en la publicidad y en los medios. En los próximos meses, por tanto, se verán muchos más contenidos como estos y se encontrarán en muchos más espacios y más escenarios.
Hace unos años, los hipsters eran lo más: las marcas estaban como locas por comprenderlos y seducirlos y sus tendencias estéticas, aunque minoritarias en peso, se convertían en lo que se vendía a todo el mundo. Si los hipsters descubrían algo y lo ponían de moda en su pequeño círculo, de ahí saltaba a los demás consumidores, que se convertían en la nueva moda generalizada. No hay más que pensar en barbas y bigotes. Empezaron siendo algo hipster y acabaron siendo una moda que hizo que naciesen cadenas de ‘barberías tradicionales’ o que las tiendas de regalos y productos a lo Tiger se llenasen de estampados de bigotes.
Pues, aunque parezca que los hipsters y los modernos tuvieron ya su momento y que su impacto ha decaído, lo cierto es que las cosas no son tan simples. La moderna bohemia sigue teniendo un impacto. En los últimos tiempos, han aumentado las fotos ‘a lo hipster’, según concluyen en el estudio, con cada vez más planos cercanos y con fondos que suelen ser cafeterías cool y contenidos como las ubicuas y modernas tostadas con aguacate.
El impacto está siendo, por tanto, todavía elevado y los modernos siguen teniendo un peso decisivo en la cultura. Como explica uno de los expertos a AdWeek, se puede ver en por ejemplo cómo se viaja (y cómo se vende el viaje). «2017 es el año del tren», dice. Ahora la experiencia se vende como el viajar lentamente, tener tiempo para escapar y descubrir lugares únicos. Los mensajes se llenarán por tanto de este tipo de contenidos.
Source: Puro Marketing