En los últimos tiempos, uno de los elementos que ha generado un pico mayor de interés en el mundo del marketing ha sido, prácticamente sin lugar a dudas, el marketing con influencers. Los medios especializados han publicado muchísimos análisis sobre el tema, las firmas especializadas en estudios de mercado y análisis los han convertido en su último asunto principal y hasta los medios generalistas han comenzado a tratar los sueldos elevados de los influencers de Instagram o de YouTube. Se han puesto de absoluta moda.
Este pico de interés tiene su explicación. La cuestión viene marcada por la realidad del mercado y cómo, para las marcas y las empresas, los influencers se han convertido (por ahora) en la solución a algunos de los problemas que están teniendo a la hora de llegar a los consumidores. Estos valoran mucho más las opiniones de estos personajes que los mensajes que lanzar las propias compañías y, además, lo que los influencers dicen suele destacar por encima del ruido en el que acaban sumidos todos los mensajes que se lanzan cada día esperando que los consumidores los reciban.
Pero que todo el mundo parezca estar hablando de ello y que todo el mundo parezca comprender por qué puede resultar tan importante no quiere decir, necesariamente, que todo el trabajo esté hecho. En realidad, el marketing con influencers está todavía en sus primeras etapas y tiene que madurar (y mucho) para llegar a los niveles en los que están ya otras herramientas y otras prácticas.
Y es que, como apuntan en AdAge partiendo de los datos de un estudio de Traackr y Top Rank Marketing, a pesar de toda esta fiebre por el marketing con influencers y a pesar de todo este entusiasmo por cómo emplearlo y por los beneficios que puede aportar, todavía está siendo infrautilizado por las marcas y por las empresas.
Según los datos del estudio, el 43% de las empresas reconoce que aún está en la fase experimental en lo que a marketing con influencers se refiere, mientras que solo un 28% señala que tiene programas tácticos. Las cifras son todavía peores cuando se analiza lo que ocurre en el segmento B2B: solo el 15% de los marketeros en este terreno tiene un programa de marketing con influencers claro e integrado.
Poco dinero y nada de estrategia
Y ya no solo eso. El estudio también demuestra que se destina muy poco dinero al marketing con influencers. La gran mayoría de los encuestados gasta menos de 100.000 dólares al año en este tipo de programas, lo que demuestra que su estrategia es más bien la de hacer algo en un momento, pero no la de tener una a largo plazo. Esto es, en lugar de trabajar pensando en lo que se conseguirá en el medio plazo, se trabaja más apagando fuegos, metiendo dinero cuando parece que se necesita.
Esto no solo hace que la estrategia sea errática, sino que también demuestra que, pese a todo, no se ha acabado de comprender cómo funciona el marketing con influencers y se sigue aplicando la misma idea que se aplica al marketing con famosos. Se olvida que aquí no es tanto pagar para que publiquen un tuit sobre ti como lograr establecer relaciones sólidas para entrar en la conversación.
De hecho, el marketing con influencers debe ser usado, o eso apuntan los expertos y eso es lo que están haciendo las compañías que se están convirtiendo en ejemplos, en los diversos y diferentes pasos del viaje de compra.
Por todo ello, en realidad, el marketing con influencers hay tiene que crecer y que madurar. Las empresas tienen que empezar a comprender cómo funciona de verdad.
Source: Puro Marketing