¿Predecimos bien el futuro?

Federico Weidemann

¿La transformación digital de los negocios, el internet de las cosas, las smart cities, el big data, los coches inteligentes, …? ¿Cómo reaccionarán los Millennials y los Boomers ante el entorno que deparan los años venideros?

Cuestiones como éstas se repiten de forma constante en las noticias, blogs y congresos de «management«. Incluso algunos están rodeados de premoniciones apocalípticas como la sustitución imparable de la mano de obra humana por la tecnología.

Pero, ¿podría ser que estuviésemos prediciendo mal? ¿podríamos estar siendo víctimas «de nuevo» de temas sensacionalistas? Lo único que he escuchado con sentido últimamente es que predecimos mal tanto a corto como a largo plazo, en el corto porque siempre exageramos y en largo plazo porque nos solemos quedar cortos.

Por otra parte, me sorprende bastante que siempre perdamos de vista una realidad que sigue inmutable a pesar del avance de las generaciones: la esencia del ser humano y su composición cerebral.

Se habla mucho, muchísimo, de los Millennials, que son aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995 en España, aproximadamente 8.153.428 personas (los que se hicieron mayores de edad con la entrada del nuevo milenio) y 1.700 millones en todo el mundo. Sin embargo, mucho menos se habla de otra realidad que ya está aquí de lo que supondrán los padres de los «millennials» también llamados «boomers». Las estadísticas arrojan que 2.100 millones de personas tendrán más de 60 años para 2.050 frente a los 900 millones actuales.

Es, por tanto, otra generación, la de los padres o incluso la de los abuelos de los Millennials, la que marcará el devenir económico en las próximas décadas, teniendo un papel muy importante sobre las predicciones de la evolución de la tecnología. Por eso, en este artículo propongo una serie de preguntas sobre las que profundizar y sobre las que haré mis propias y particulares predicciones de futuro:

¿Hasta qué punto este hecho tendrá un impacto en las predicciones de los avances de la tecnología?¿Hasta qué punto se podrá fascinar a una persona de más de 60 años?¿Hay oportunidades ante esta situación?

Los Millennials, se caracterizan por requerir información periódica de sus gerentes y por anhelar mentores dado que eso es precisamente lo que han recibido de sus padres («los boomers»). En su mayor parte, a la generación del milenio no les gusta esperar y trabajan cuando quieren trabajar. En mi opinión, son una generación «pseudohippie» en el siglo XXI.

Esta descripción, ya per sé, pone de manifiesto algo contradictorio con lo que se va diciendo por ahí, porque:

  • No deciden únicamente en base a su «hiperconexión tecnológica», se ven influídos por otros, como cualquier persona.
  • Si van a ser la fuerza laboral del futuro y depende en parte de sus desarrollos el avance de la tecnología, el que tengan un espíritu «hippie» del trabajo puede que no sea tan productivo y por tanto, puede que este hecho incida en la ralentización de los avances tecnológicos.

Por otra parte, «los boomers», el otro gran grueso poblacional (nacidos de 1956 a 1964), estará en una situación opuesta en parte por motivos biológicos. Y es que es una realidad, a medida que cumplimos años nuestro cerebro ya no funciona como antes.

La corteza prefrontal de las personas que es sumamente importante para funciones cognitivas superiores como la planificación y la toma de decisiones y que juega un papel clave en el comportamiento social, la empatía y la interacción con otros individuos, se deteriora a partir de los 60 años. Esta es la razón por la que a medida que envejecemos nos hacemos más rígidos y menos propensos a los cambios y a las novedades.

Se busca disminuir «el esfuerzo» de pasar de una experiencia de consumo a otra. Y ésto vuelve a poner en «entredicho» las predicciones a futuro que tanto están sonando últimamente, porque: «la mayor parte de la población tendrá una edad menos proactiva a cambios y a aprender nuevas tecnologías«.

Este público será una verdadera oportunidad para una serie de productos que se ha demostrado tiene fans en este tramo de edad, como la salud, la sanidad, los juegos, la estética, etc. Marcas como Desigual, ya han reparado en ello, como se puede ver en su última campaña donde lucen a Alicia Borrás, como modelo a sus 70 años, haciendo eco de la belleza inclusiva.

Y, ¿será más fácil fascinar a una persona joven o a una mayor? La respuesta no está clara todavía.

Los datos del Estudio de Emociones de la Banca de Particulares en España que lleva tomando muestras desde 2011 arrojan que en banca, por ejemplo, hay más fans a partir de los cincuenta años. De hecho, por ejemplo, en último estudio, sobre el total de los encuestados, las personas mayores de 50 años eran un 5,2% más numerosos entre los fans del sector bancario que el resto de tramos de edad.

La razón puede ser biológica como decíamos antes pues su corteza prefrontal favorece ser más emocionales a la hora de tomar decisiones.

No hay que dejar de lado la esencia del ser humano a la hora de predecir. El tema es «FANScinante», desde luego…

Source: Puro Marketing