¿Cómo recibimos la información que realmente nos interesa o que consideramos más importante? Lo cierto es que, en este terreno, lo que podría ganar la partida es el viejo método de siempre lo que, al final, tendría un impacto directo en la estrategia que siguen medios y marcas y que no encaja tanto con lo que se piensa que está ahora mismo teniendo éxito y conectando con las audiencias.
Si se pensase en lo que están diciendo los estudios sobre engagement y sobre inversión publicitaria, se podría llegar a la conclusión de que lo único que importa en este mundo ahora mismo y que lo único que tiene un impacto real en los consumidores es el vídeo. Las marcas están gastando cada vez más dinero en posicionarse en los vídeos y están destinando una parte cada vez mayor de su inversión publicitaria a este tipo de contenidos. A eso hay que sumar que los consumidores parecen cada vez más interesados en ellos y que consumen cada vez más este tipo de contenidos desde sus dispositivos móviles y sus ordenadores (pero especialmente desde los primeros).
Los medios, que no se pueden quedar al margen de estas tendencias, están igualmente invirtiendo cada vez más dinero en estos contenidos, que se están convirtiendo en el elemento destacado de su estrategia para posicionarse en el nuevo ecosistema y para conectar con los lectores en estos nuevos tiempos, lectores a los que cada vez resulta más difícil mantener conectados a sus contenidos.
Pero, a pesar de este interés creciente por el vídeo, a pesar de que cada vez están más interesados en estos contenidos, marcas y medios no deberían cegarse con el vídeo y no deberían dar por hecho que cualquier cosa en vídeo podría triunfar. Los consumidores aman los vídeos, pero los aman para ciertas cuestiones concretas. Es decir, el vídeo triunfa y mucho en los contenidos de entretenimiento, pero no lo hacen tanto en aquellos contenidos que son realmente importantes o que consideran importantes. El entretenimiento se va al vídeo, pero la información se va al texto escrito y esto ocurre entre los consumidores más jóvenes, como acaba de demostrar un estudio del Pew Research.
El gran peso de leer
El estudio ha comparado cómo prefieren las noticias los millennials (partiendo de una muestra estadounidense, como suele ocurrir con los estudios del Pew Research). Solo un 38% de los jóvenes entre 18 y 29 años prefieren recibir las noticias en vídeo en vez de hacerlo en texto. Que las noticias sean en texto no quiere decir que las quieran en prensa escrita tradicional. Como apuntan en el análisis de los resultados que ha publicado NiemanLab lo de ‘oler las noticias’ no es ni de lejos una opción. Lo que quieren ese 42% de consumidores que quieren las noticias por escrito es leerlas online.
Curiosamente, un porcentaje bastante interesante de los encuestados quieren escuchar las noticias, lo que resulta especialmente interesante en este momento de recuperación del boom de los podcasts. Un 19% asegura que escuchar las noticias es lo que realmente prefieren.
Aunque los más jóvenes son quienes muestran una preferencia más acusada por la lectura frente a otros formatos de acceso a la información, lo cierto es que el número no está solo limitado a ellos. Entre los usuarios de entre 30 y 49 años también gana la lectura frente al visionado. En esa demografía, un 40% prefiere leer frente al 39% que prefiere ver las noticias y el 20% que prefiere escucharlas.
Los porcentajes no cambian hasta que no se llega a los jubilados, quienes prefieren ampliamente ver antes que leer (un 58 frente a un 27%). Quizás estos porcentajes se expliquen por las propias condiciones de estos lectores (el paso del tiempo hace más difícil leer y hace, por tanto, que los consumidores se sientan más cómodos con otros formatos). Curiosamente, ellos solo escuchan las noticias en un 10%.
Por qué es importante
Estos números son especialmente importantes si se tiene en cuenta que la razón por la que los medios se están lanzando en masa al vídeo es para conectar con los millennials. Los más jóvenes son el objeto de deseo de medios y marcas y el vídeo el pasaporte para conectar con ellos. Sin embargo, las cifras demuestran que no es un pasaporte tan directo.
Source: Puro Marketing